Con la llegada del buen tiempo, aparece la tan famosa operación bikini con la que se pretende perder a corto plazo un gran número de kilos, los cuales la mayoría de las veces, se recuperan terminado el verano (“efecto rebote”). Ésta pérdida de peso puede llegar a ser muy peligrosa si no se siguen los métodos y pautas adecuados.

El primer consejo para empezar una dieta de adelgazamiento saludable será precisamente apartar las prisas de tu operación bikini. Y es que la presión por conseguir resultados muy rápidos en la báscula, no sólo podrían dificultar tus planes, sino además, ocasionarte problemas de salud. 

Concentra toda tu motivación y constancia en establecer pautas realistas en tiempo, que faciliten la evolución hacia una nueva forma de comer más consciente y adaptada a ti. Para ello es imprescindible repartir en pequeños logros, o establecer objetivos parciales para llegar al objetivo final de pérdida de peso. Pero ten en cuenta que esto lleva su tiempo. Un período de adaptación y entrenamiento resulta necesario para “resetear” a un modelo de alimentación más sano y adecuado a nuestros requerimientos.

Lo ideal e indudablemente efectivo es realizar un plan personalizado, avalado siempre por un profesional de la nutrición y la salud. Confía en un sanitario experto, que además de configurar tu dieta, evalúe el progreso de la corrección energética que puedas necesitar para restar esos kilos de más. 

Aplícate a la alimentación inteligente y toma nota de los puntos clave:

  1. Hidrátate, mejor con agua. El agua tiene un papel importante en la   reducción de la ingesta energética y en el aprovechamiento de los nutrientes.
  2. Pon en práctica el desayuno. Las proteínas del desayuno disminuyen las probabilidades de consumir bollería o pasteles ricos en grasa a media mañana.
  3. Se rigurosa con las cantidades indicadas por tu nutricionista. El aprendizaje de tus porciones y medidas prácticas será fundamental. Sustituye cantidad por calidad!
  4. No te saltes ni comidas ni platos del menú. El orden y la combinación de los alimentos en un régimen personalizado atiende a un mejor aprovechamiento energético y de ciertos nutrientes (hierro, calcio, ácidos grasos omega 3 y omega 6).
  5. Elige bien los hidratos de carbono, apuesta por productos integrales y de calidad. Serán la fuente principal de energía y fibra. Granos enteros, frutas, verduras y legumbres formarán primeros platos y guarniciones. Aprovecha las sesiones de control y seguimiento para entrenarte en la elección y conocimiento de estos tipos de alimentos.
  6. Actualízate en cocina! Talleres de dietética, cursos de cocina, showcookings y blogs especializados son una forma entretenida de descubrir preparaciones culinarias saludables, sencillas y rápidas para preparar las proteínas magras del menú.

Ponte manos a la obra y recuerda que tu voluntad y el consejo profesional te ayudarán a conseguir el objetivo sin poner en riesgo tu salud.  

Marisol López

Carla Novoa